Academia Paraguaya de la Historia


Academia Paraguaya de la Historia (1895)

El 11 de noviembre de 1895 gigantes históricos como Blas Garay, Cecilio Báez, Manuel Domínguez, Pedro P. Caballero, Enrique Solano López, Víctor Soler, Facundo Insfrán, Pedro Peña, entre otros fundaban el “Instituto Histórico Nacional”, con el objetivo de fomentar los estudios históricos, defender nuestro pasado, publicar los clásicos de nuestra historia, crear vinculaciones y proponer planes de educación a las distintas instituciones del país y el extranjero, y por supuesto auspiciar las publicaciones de los académicos.

Estos intelectuales se reunían en un pequeño club llamado “Club El Progreso”, donde pretendían transcribir la historia. Es en este año que cae Emilio Aceval, perteneciente al Partido Colorado, lo que provoca una ruptura interna generándose dos corrientes: el Caballerismo, iniciado por Bernardino Caballero, considerada la corriente dura, y el Egusquisismo, liderado por Juan Bautista Egusquiza, que sería considerada la corriente más democrática. Esta ruptura interna dentro del poder impide obviamente el desarrollo del instituto debido a una lucha ideológica. Más tarde en 1902, asume la presidencia del país Juan Escurra, también miembro del Partido Colorado, y es ahí cuando se logra una estabilidad política y se restauran las actividades dentro del instituto.

Fue entonces que en 1937 se decidió cambiar el nombre de la institución a “Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas”; una vez más, una serie de eventos, entre los cuales se destacan las consecuencias de la Guerra del Chaco que transcurrió de 1932 a 1935 y la Guerra Civil de 1947, impidieron el desarrollo de la institución. Además de esto, la mayoría de sus miembros fueron deportados por distintos motivos en especial por la Revolución Febrerista del 17 de febrero de 1935 que provocó una lucha ideológica. Recién en 1956 la institución vería la luz de vuelta, con el nombramiento de Julio César Chaves como presidente de la misma. Es entonces que se normaliza la vida académica y se publica el anuario “Historia Paraguaya”. En 1966 ocurre una modificación del estatuto y la institución pasa a llamarse “Academia Paraguaya de la Historia”. La sede de la academia se encuentra en Asunción en la avenida Artigas y Dr. Andrés Barbero. Es un gran edificio llamado, Fundación “La Piedad”, ya que esta es la principal benefactora de la Academia

Hoy en día, la Academia cuenta con personería jurídica, y con distintos cargos para manejar la institución de manera más eficiente. Debido a la poca cantidad de miembros (veintinueve miembros), las personas son elegidas por voto directo. Para formar parte de la Academia, algún miembro debe proponer la inclusión de esta persona, es entonces que se realiza una conferencia magistral donde todos los demás miembros se reúnen y expresan su opinión acerca de la persona que está siendo estudiada. Si todos los miembros están de acuerdo con que dicha persona forme parte de la Academia y sea considerada miembro se le envía una carta invitándolo a participar.

Ejerciendo el cargo de Presidente se encuentra la Doctora Olinda M. de Kostianovsky, especializada en Historia y Filosofía con educación P.H.D. Fue Viceministra de Educación y Decana de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción. Como Vicepresidente esta el Doctor Alfredo Boccia Romañach, autor de varios libros, casi todos centrados en la historia nacional. En el cargo de Tesorera esta la Doctora Margarita Prieto Yegros que resulta ser Doctora en Historia y Magister en Ciencias Políticas. El oficio de Secretaria lo cumple la Doctora Maria G. Monte de López Moreira quien curso estudios en la Facultad de Filosofia obteniendo la Licenciatura y el Doctorado en Historia con la máxima calificación. Por último como Bibliotecario esta el Doctor Ricardo Scavone Yegros, que es Doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Como podemos apreciar, es gente sumamente capacitada la que está al frente de esta institución. Vale recalcar que todos los cargos son honorarios, es decir, los miembros no son remunerados.

Vemos a la Academia Paraguaya de la Historia como una entidad de gran importancia para nuestro país ya que siempre ha conservado nuestra historia y la han fomentado mediante diversos recursos como la publicación del Anuario “Historia Paraguaya” que ya cuenta con cuarenta y siete volúmenes, y como se ha mencionado más arriba, proponiendo alternativas educativas para mejorar la educación en nuestro país. Junto a esto viene ligado la conservación de miles de valores y tradiciones que hubiésemos desechado de no ser por la protección que la Academia ha brindado a nuestra historia. No hay nada más importante para el pueblo paraguayo que el lazo que lo une con su pasado. Creemos que la historia de nuestro país es verdaderamente apasionante, digna de ser contada una y otra vez, es un relato de guerra y de actos heroicos realizados por compatriotas que dieron la vida por la patria en un campo de batalla. Es sumamente rica en cuanto a relatos y anécdotas de épocas de contienda que creemos no pueden ser dejados de lado.

Sostenemos también que un pueblo perdería su identidad sin su historia, por este motivo apoyamos en un cien por ciento a la Academia Paraguaya de la Historia que trabaja incansablemente y para que aquellas anécdotas que constituyen lo que somos hoy, no se pierdan.

Elegimos la Academia Paraguaya de la Historia porque creemos que es una de las Instituciones más importantes de nuestro país debido a que las personas que la componen trabajan de manera honoraria para mantener viva la historia de nuestro país y pasarla de generación en generación. Consideramos además que en nuestro país la historia es muchas veces dejada de lado cuando no debería de ser así. Por esta razón decidimos investigar un poco más sobre la Academia y hacer un poco más publica su labor.